martes, 2 de junio de 2009

La ofensa y el victimismo en los psicópatas


Cuanto más cerca se está de la verdad, el psicópata se muestra más ofendido y se hace la tremenda víctima perpetua en tono teatral. Tiene que resultar veraz y mostrar un agravio terrible, está en juego su máximo poder: "el engaño". Cuando a un psicópata se le descubre siempre avanza rápidamente y con ferocidad. Hace un gran despliegue de odio en momentos muy puntuales de envidia, hasta que vuelve a su disfraz y planea un enfrentamiento definitivo minucioso e implacable contra quien le descubrió. Para ello utilizará a su manipulado y sus alianzas. Se declarará la gran batalla. Pero para las víctimas será en otro contexto, ya no le será tan fácil porque sus actuaciones están descubiertas. Esta batalla se lidiará entre víctimas, él se mantendrá en segundo plano y hasta simulará el papel de paz aparente. Antes del encuentro malmete a su manipulado en el mayor grado posible para el enfrentamiento.

Si éste enfrentamiento no llega a producirse optará por hacer callar a quién le puede descubrir mediante el distanciamiento y simulará enfadarse por una excusa que parezca plausible, como por ejemplo no llamar o verse en x tiempo. La ofensa está asegurada cuando una víctima le descubre. Los motivos no importan, se buscan y se hace creer al manipulado que son lógicos. Al manipulado no le interesa tampoco la verdad, ya que le pondría en una situación de análisis a la que no puede ni quiere llegar porque le produciría un gran dolor, así pues se pone de parte de su psicópata de manera inconsciente.

Las relaciones con los psicópatas sólo tienen una dirección, es cuestión de tiempo que finalicen. Estar con un psicópata es dejarse dañar perpetuamente. Los únicos que lo soportan son los manipulados por anulación.


La amistad tiene unos lazos enormes.
El poder del psicópata desaparece cuando un manipulado sabe lo que tiene delante y se hace responsable aceptando la situación. No más maltrato psicólogico.